Aquel mes en tren por China.



Pues nada amigos, otra bitacora sobre un viaje a China. En concreto podeis encontrar fotos sobre el periplo de Javier Manzano y Marisol Blanco a lo largo de la geografia china, mochila en ristre, durante el verano de 2007. Para aquellos que os planteéis lanzaros a la aventura china, no lo dudeis ni un minuto. Nuestro viaje se ha realizado con la única planificación de un billete de avión de ida y vuelta a Beijing y una vez alli nos hemos buscado la vida, viajando en tren sobre todo y en autobus. En coordenadas GPS (en linea recta) recorrimos mas de 6200 kilómetros... que al tratarse de un viaje en tren puede que estemos hablando de muchisimo más. No obstante en tren nos parece la mejor opción.
Llevabamos tan poco equipaje que no facturamos ni a la ida ni a la vuelta y aunque no os lo aconsejamos, tampoco se nos ocurrio contratar ningun tipo de seguro de viaje.
Partimos de Irún hasta Madrid y tras 7 horas de autobús llegamos a Barajas donde cogemos un vuelo directo con destino a Beijing, con una duración de 14 horas. Lo primero, buscar un alojamiento (El Templeside Youth Hostel de Bobby) Tras una estancia de unos días en Beijing partimos hacia Badaling (1h 30 min.), a la zona norte para visitar la Gran Muralla que separaba la antigua China de Mongolia. Regresamos a Pekín y desde allí cogemos un tren hacia Xian (13 horas) desde la inmensa estación del Este. Xian es una bellísima ciudad que gana muchísimo de noche. Con un precioso barrio musulmán y una muralla excepcional.
Tres días después nos desplazamos de nuevo en tren hasta Louyang (6 Horas). Llegamos de madrugada y acosados por una marea de guías obligados por la necesidad a buscarse la vida hacemos tiempo por las calles de Luoyang hasta que amanecer y desde allí podemos partir en autobús por Dengfeng hasta la montaña donde está el templo Shaolin (3 horas), en un accidentado trayecto por polvorientas carreteras de montaña. Bajamos la montaña en un taxi en algo menos de tiempo partimos desde Luoyang a Hangzhou (20 horas) en el viaje más duro de todos, todo el trayecto en asiento duro, en un tren inmenso, hacinado de gente. Calculamos mas de 130 personas por vagón y mas de 20 vagones, y tras recorrer el tren entero ningún occidental, solo Chinos asombrados. Calor, escupitajos y un fluorescente parpadeante en la cabeza durante todo el viaje, pero eso si, viajamos en buena compañía, la gente más humilde suele ser la más cercana.
En Hangzhou llegamos y buscamos sitio para dormir ya que no tenemos nada. Tenemos suerte. Un Hostel fantástico y donde coincidimos con viajeros de Grecia, Colombia, España y los jóvenes chinos que regentaban el albergue. Esa noche terminamos las existencias de cerveza. Desde Hangzhou partimos en bus a Huangshan Shi para alojarnos en casa de Steven Huang con su familia, un contacto que nos han facilitado nuestros amigos mochileros de Hangzhou. Steven resulta un tipo estupendo, su socio nos sube hasta Tunxi y de ahí a la Montaña Amarilla (1h 30min). Sin palabras... como tocar el cielo. Un lugar de leyenda. Regreso accidentado de nuevo en varios autobuses locales y calados hasta los huesos, tardamos más de 4 horas en volver a casa de Steven. Lamentamos no poder visitar los pueblos de la montaña con Steven y partimos de nuevo en tren hacia Shanghai (12 horas).
Shanghai es el mascaron de proa de la nueva China. Una ciudad de neón y acero. Pasaremos allí unos días y quedamos con nuestros amigos Mikel y Antón que también estaban de mochileros por China.
No sabemos muy bien hacia donde seguir nuestro viaje y en el último momento decidimos que iremos en tren a Guilin (22 horas) en la provincia de Guangxi limítrofe con Vietnam. Cambia el paisaje y cae el monzón. Desde ahí partiremos en bus a Yangshuo (1h 30min) Un paraíso para los mochileros. Arrozales, paisajes Cársticos y mucho ambiente nocturno. Recorremos las aldeas en Bici y haremos el descenso del Rio Li Jiang . Esta es una zona imprescindible, es la China imaginaria, y hay quien dice que es el mismo Shangri La. Tras unos días de relax en Lisa´s House volvemos a Guilin, con la intención de conseguir billetes hacia Pekín. No hay billetes hasta dentro de 2 meses. Compramos billetes a otra ciudad y tras varios cambios con los reventas mafiosillos de la estación conseguimos unos billetes para volver, la aventura de los billetes nos cuesta todo el día de negociaciones con tipejos y de hacer guardia en la ventanilla de devoluciones. Parece que no colaba decir que Marisol estaba embarazada para dar pena, pero al final lo conseguimos por los pelos y tras un largo viaje en tren regresamos a Pekín (26 horas más de tren, unos 1730 Km). El cansancio hace mella. Son muchos días. Pasamos los últimos días en Beijing y regresamos a Madrid con escala en Frankfurt.
Nos hemos alojado sobre la marcha y siempre nos hemos sentido como en casa, no tuvimos casi ningun mal rato...Ha sido un mes largo, agotador y muy intenso y nos da la sensación de que han pasado al menos tres meses desde nuestra partida pero sin duda ha merecido la pena. Cuando llegamos a Hendaya es de madrugada, la casa se nos hace extraña, no podemos dormir y a las 5 de la madrugada nos vamos a pasear a la Playa, una parte de nosotros se ha quedado en China para siempre.
Si disponeis de tiempo y paciencia os recomendamos que realiceis vuestros desplazamientos en tren, si bien las distancias son enormes, os compensará viajar así ya que es la mejor forma de acercarse a la realidad de este maravilloso pais que merece la pena por su historia, paisaje, cultura, pero sobre todo por su gente. Un último consejo comprad un buen diccionario de mandarín y mucha paciencia.
Xie Xie!!!